lunes, 15 de junio de 2009

Historia de el Rey

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:

- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total...
Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.

El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:

- No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje –el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas –le dijo- mantenlo escondido en el anillo.

Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía “ESTO TAMBIÉN PASARA”.



Conferencia de Literatura.
La casa de la cultura
Monterrey Nuevo Leon, Mayo del 2009

10 comentarios:

Diario de nuestros pensamientos dijo...

q buen relato..."esto tb pasara!"

Besos y sigue asi

M. Angel dijo...

Huellas, tu lindo relato seguro deja huella en los corazones de tus lectores.
Niña, escribes muy bien y llevas a vivir lo que plasmas.

abrazo sincero

un abril encantado dijo...

..me encanta ver que has escrito algo nuevo...cada día miro si HUELLAS ha añadido algún relato a su blog...es un suerte que existan personas como tú, pues sin duda éste mundo será mejor...tú me das esperanza..un abrazo mi niña y se feliz, Lourdes

Anónimo dijo...

Una historia triste y hermosa, pero sin final, como un pausado atardecer... Una delicia.

Diario de un PEaton dijo...

NaDA DE ESOs comentarios los siento sinceros.....

laME cULOS!!!

jajaja.

ya ME conoces. MiLY,. YO SI digo lA VERDAD.

cosmofonio dijo...

¿Esto también lo has copiado, PLAGIADORA?

Diario de un PEaton dijo...

PAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA LO QUE DICEN
EHH!!!!

PAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
JEEEEJE
PELEA,PELEA,JAJAJAJAJAJJAAAAA

M.P dijo...

A la Verga.!!! ese texto no Lo escribi YO. Que chingados No leen abajo o que mierda.!!!!

antes de hablar escribe tu mismo y despues critican

BOLA DE IGNORANTES.!!!!

y si me creen bien y si no
que se vallan muchO a la vrg.



¿ALGUNA otra DUDA??'

Anónimo dijo...

Si...una duda...Donde aprendiste a hablar asi??

M.P dijo...

Lo aprendi de cualquier lugar, donde te aseguro no existe la moral ni la descencia

y su unico lema seria
El mas fuerte sobrevive

;)